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11/06/2025

11/06/2025

CGP - Hilo rojo n.8 - Martes 10 y miércoles 11 de junio de 2025

¡Cebollas peregrinas!

Con esta sorprendente imagen, el padre Chi Ai llamó nuestra atención en su homilía de ayer por la mañana sobre «la sal de la tierra y la luz del mundo»... En efecto, según nuestro predicador, gran gourmet, la cebolla acompaña muy bien a la mayoría de los platos, pero no se habla de ella, es discreta, casi desaparece en el plato... Los cristianos, que deben ser peregrinos del Evangelio, deben ser como cebollas peregrinas, dando sabor en múltiples contextos... Una bella imagen también para nuestro encuentro internacional de CGP, ahora que cada uno va a regresar a contextos tan diferentes...

Nuestros dos últimos días de trabajo se dedicaron a los primeros nombramientos apostólicos; a la carta de misión del grupo de trabajo sobre una gestión más centralizada de nuestras inversiones; y a un balance provisional sobre el equilibrio financiero de la administración generalicia. De hecho, una de nuestras tres casas de «Due Pini», la Casa Generalicia, está disponible para alquilar y, según las previsiones presupuestarias, esto debería permitirnos equilibrar el presupuesto general. Por supuesto, esto conlleva algunos retos, en particular el de la implicación de los hermanos en el funcionamiento concreto de la casa y en la exigente tarea de controlar los gastos y garantizar los ingresos. Con este nuevo contexto, hemos considerado que el grupo de trabajo para una posible reubicación de la Casa Generalicia queda obsoleto.

Tras intercambiar algunas noticias, concluimos nuestra reunión con la elección del próximo lugar para la CGP de junio de 2026, que será Rumanía. Será una ocasión para volver a poner de relieve nuestra «Misión de Oriente». Hasta entonces, nos reuniremos, como es habitual, para nuestra próxima CGP en Roma a principios de diciembre de 2025.

El Superior General, en sus palabras finales, nos recordó que: la Asunción ha atravesado diferentes desafíos a lo largo de su historia y, en cada ocasión, ha habido hermanos que han respondido a los desafíos de ese momento. ¡Hoy nos toca a nosotros hacerlo! Y precisamente, al término de la CGP, el P. Ngoa nos dice cuánto ha percibido la sinceridad de este profundo deseo de hacer, o de proponer, lo que es justo y bueno para nuestra Congregación hoy... Este es precisamente el espíritu sinodal que tratamos de vivir: cuando la carga se lleva juntos, siempre se hace un poco más ligera.

Estas palabras del P. Emmanuel d'Alzon al final del Capítulo General de 1868 deben despertar en nosotros este sentido del deber. Decía lo siguiente: «Ahora, hermanos míos [...] bendigamos a Dios por habernos inspirado estas opiniones unánimes, estas resoluciones enérgicas que todos prometemos desarrollar y mantener con fervor e inteligencia. Tengamos siempre los unos por los otros ese afecto de verdaderos religiosos, basado en el respeto y la necesidad de mantenernos fuertemente unidos; formemos un solo cuerpo en la sinceridad de nuestras almas y la franqueza leal de nuestras relaciones; que nuestro vínculo indisoluble sea Jesucristo».